Cuando abrí este blog, me esforzaba por hacer recetas diferentes. A veces, yo misma me complicaba la vida al prepararlas. Creo que ya se pasaban de diferentes. En ese momento me di cuenta que debía esforzarme por crear versiones saludables de los platos de todos los días. La receta de hoy, una sencilla salsa de tomate natural, es prueba de eso. Hoy les muestro cómo hacer este básico de la cocina italiana al estilo de GASTROGLAM.
Bueno, para ser precisos, esta salsa de tomate en realidad es al estilo de mi nana Ruby, de la que ya les he hablado millares de veces, los debo tener hasta aburridos. Lo siento, pero seguiré haciéndolo.
Ni en los mejores restaurantes he comido una versión tan rica como la que ella hace y ni hablar de su boloñesa (pronto tendré esta receta al aire). Por eso creo que merece mención aparte en este blog.
Sea este el momento de hacer una confesión: me tomó unos cuantos años lograr una versión de la salsa de tomate que le hiciera justicia a la que mi nana prepara.
Esto es todo un hito para mí ¿Por qué? Porque desde que me enseñó a preparar esta salsa de tomate (hace unos ocho años) no había logrado tan buenos resultados.
¿Cómo reducir la acidez en la salsa de tomate?
De hecho, me tomé la libertad de incluir bicarbonato, que Ruby no usa en su salsa de tomate. Ustedes se preguntarán: ¿qué tiene que aportar este ingrediente? Aquí nos vamos a poner científicos: por la acidez del tomate es necesario reducir su pH y la mejor forma de neutralizarlo es con ese bicarbonato.
Agregan la cantidad de bicarbonato que cabe en la puntica de una cucharadita a la salsa de tomate y revuelven vigorosamente para deshacer las burbujitas, ¡listo! Chao acidez.
Un cocinero aficionado debe dominar preparaciones básicas como esta salsa de tomate. Por eso, con mucho cariño, les comparto esta. Además, les doy una recomendación: preparen una cantidad generosa. A veces tener un buen bowl en nuestra nevera puede ser salvador para sacar adelante platos fáciles.
Salsa de tomate natural
Ingredientes
- Kilo y medio de tomates maduros (puedes reemplazar con 3 o 4 latas de tomates enlatados)
- 4 dientes de ajo machacados
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharada de especias italianas deshidratadas (uso una mezcla con orégano, tomillo, laurel y albahaca)
- 2 cucharadas de azúcar (es opcional pero la recomiendo para mejorar acidez, ni lo van a sentir porque sale bastante salsa)
- Sal y pimienta al gusto
- 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio.
Preparación
- Si vas a usar tomates maduros, hierve agua, cocínalos ahí por cino minutos y luego pélalos (los enlatados no es necesario hervirlos). Transfiere los tomates a la licuadora, sin agua, y procesa hasta obtener una salsa homogénea. Cuela para retirar semillas.
- Aparte, en una olla grande, calienta aceite de oliva y añade el ajo, dóralo sin que llegue a quemarse. Añade la salsa ya colada y revuelve. Luego añade especias, azúcar, sal y pimienta. Reduce llama a fuego bajo y deja la salsa hervir por mínimo 30 minutos.
- Adiciona el bicarbonato y revuelve vigorosamente para reducir las burbujas. Apaga y enfría, puede almacenarse en un recipiente hermético hasta por una semana.
¿Cómo puedo aprovechar la salsa boloñesa?
La versatilidad de esta salsa es indiscutible. Por favor, no me digan que solo se puede combinar con pastas. Una de las cosas que pueden preparar es la lasaña de berenjena o calabacín, encuentren mis recetas aquí y aquí.
Otra preparación que les recomiendo, y que me gusta mucho, son los canelones vegetales hechos con zucchini, también se pueden rellenar con boloñesa. Además, son opciones de comidas bajas en carbohidratos que son perfectas para comer en la noche. ¡Buen provecho!
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